Viajar dentro de Venezuela

En nuestra familia sentimos que las pasadas navidades fueron incompletas, no sólo por todas las limitaciones a la hora de comprar comidas y regalos, sino también por la falta de muchos familiares que no pudieron venir a Caracas a pasar las vacaciones con nosotros. 
Tampoco nosotros los caraqueños tuvimos las posibilidad de viajar al interior. A pesar de que la situación del transporte ha mejorado un poco si la comparamos con los dos últimos años, hasta ya se empiezan a ver nuevamente tráfico en Caracas, todavía sigue siendo difícil viajar por carretera al interior.
Por un lado, los chóferes necesitan cauchos, aceite, baterías. No se consiguen los repuestos, y si aparecen, vienen con precios astronómicos que no se pueden pagar. 
Por otro lado, para los pasajeros conseguir bolívares suficientes en efectivo para comprar el pasaje es el primer reto. Además de que la opción de comprar pasajes con antelación ya no existe. Aquellos que deseen viajar a otras ciudades del país deben madrugar y hacer largas colas para intentar conseguir uno. 
Una vez que se tiene el pasaje en las manos, se debe considerar las deficientes condiciones en las que se encuentran las unidades, lo que retrasa todos las rutas. 
Un viaje desde Caracas a Puerto La Cruz que, por lo regular, puede tomar unas cuatro horas, ahora se realiza en siete u ocho. 

Además he escuchado a varias personas quejándose de quedarse accidentados en la carretera. Aparte de las distintas trancas que se hacen en los pueblos por protestas, ya sea por la falta de agua, luz o cualquier otro servicio básico. 
Los que viajan desde el interior a Caracas también se quejan de que prácticamente no hay autobuses. Pocos terminales cuentan con salidas diarias y quienes quieran conseguir un boleto deberán anotarse en listas o incluso dormir en el terminal a la espera de que salga un autobús. 
Si no es por una emergencia, la gente prefiere quedarse en su casa.
Muchos optan por tomar varios carros por puesto que los lleven de pueblo en pueblo hasta llegar a Caracas. Esta opción que parece descabellada suele ser la más eficaz, por lo menos se viaja más rápido. Eso sí, es mucho más costosa y se debe contar obligatoriamente con muchos bolívares o dólares en efectivo. 
También se ha vuelto común la cola como una opción de viaje. Este semana llegó a la casa mi primo Jonatan. Se vino desde Barcelona con una cola. 
—Si no es así, no me vengo —me contó. 
No viajaba a Caracas desde hace tres años, y esta vez un compañero de trabajo le ofreció que lo acompañara en el trayecto hasta la ciudad. Nadie se atreve a hacer el largo viaje solo y mucho menos de noche, como era la costumbre. 
No les escribo sobre los viajes por avión porque no conozco a nadie que los esté tomando, pero sí sé que se ha vuelto muy difícil conseguir un pasaje, así se busque con meses de antelación. 

En fin, si nos descuidamos, cada vez nos irán aislando más entre nosotros. 

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