La izquierda y la marihuana legal: un proyecto que se mantendrá en promesa

Cada vez son más los países que se están planteando una nueva relación con el uso de la marihuana. El cannabis empieza a ser legalizado por motivos médicos, y ahora son muchos los partidarios de su legalización para uso recreativo. 
En Latinoamérica, por ejemplo, Uruguay ha aprobado su legalización. En otras latitudes, naciones como Canadá, los Países Bajos e Israel tienen programas para su uso médico. Pareciera que en un futuro cercano se restringirán las leyes que regulan estrictamente su posesión. 
Cada vez se fuma más hierba a nuestro alrededor. A ya nadie sorprende ni ofende percibir su inconfundible olor en el aire. ¿Y cómo no va a ser así? Muchos científicos han comprobado que el consumo de hierba refuerza el sistema inmunitario y regula algunas funciones vitales. 
Más allá de los motivos médicos, el cannabis ha ayudado a muchas personas a aliviar el dolor, además de reducir considerablemente el estrés en un mundo cada vez más difícil. Por lo tanto, ¿quién podría negar que su cultivo y su venta legal solamente pudiera traer beneficios?
El mayor de estos beneficios sería la erradicación del mercado negro. Aunque esto suena más como una fantasía. Obviamente no sería tan sencillo. En un principio, posiblemente convivirán el mercado negro y un mercado legal dominado por unos pocos cultivadores y vendedores que tratarán de ganar nuevos clientes que ya son consumidores regulares de hierba. 

Para muchos es una propuesta controversial y hasta se ha vuelto una carta común de varios candidatos de izquierda para ganar votos. Por ejemplo, en España Podemos presentó su iniciativa de regulación integral del cannabis. 
Por supuesto, no se atreverían a decir marihuana en voz alta. Hablar de cannabis es lo políticamente correcto, seguramente recomendado por las agencias de relaciones públicas. Hablar de marihuana todavía recuerda a la drogadicción ilegal. 
Más allá de las propuestas de estos grupos de izquierda, la realidad es que la venta legal de la marihuana está muy por debajo de las cifras que esperaban lo que claman por su regulación. En Canadá, donde se legalizó su uso recreativo, empiezan a comprender que el mercado legal y el clandestino tendrán que convivir. Sería ingenuo pensar que, por la legalización, los criminales van a abandonar el negocio.  
En cambio, estos grupos de izquierda buscan “vender” un panorama bastante fantasioso. En sus propuestas de legalización, tienden a presentar un futuro en el que el cannabis se producirá en pequeños cultivos, así como unos clubes de aficionados. 

Pareciera que en serio piensan que el cannabis se venderá en tiendas minoristas que estarán supervisadas por el gobierno, y cuyos altos ingresos fiscales traerán beneficios sociales. Obviamente se trata de toda una fantasía para ganar electores. 


Texto: Ricardo Castillo

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