Bellas Artes y sus museos, una buena alternativa que aún perdura en Caracas
En diciembre me acerqué a Bellas Artes. Tenía mucho tiempo sin visitar sus museos y les confieso que me sorprendió de buena manera encontrar bien conservados estos espacios.
Al contrario de lo que uno pudiera esperar hay lugares que con mucho esfuerzo se mantienen en la raya. Obviamente, uno quisiera que se aprovecharan los atractivos de Caracas para disfrute de sus ciudadanos y visitantes.
Me gustaría ver la ciudad llena de gente caminando por sus calles, visitando sus museos y edificaciones antiguas, plazas y esculturas. ¿Dónde se encuentra el instituto que se encarga de la recuperación y mantenimiento de los monumentos arquitectónicos de la ciudad?
En Caracas hay muchos lugares hermosos y claves para historia. Aunque hace unos años fue restaurado el casco colonial, ahora parece necesitar nuevos arreglos. El circuito de museos en Bellas Artes sigue siendo una buena alternativa para pasear, distraerse y entretenerse.
Todavía hay muchas cosas buenas en Venezuela. A veces los que vivimos acá lo olvidamos. Tan pendientes estamos de resolver el día a día. Por lo que se hace necesario aproximar a los propios venezolanos a su patrimonio cultural y arquitectónico. Debemos empezar a reconocernos en la amplia y compleja diversidad que nos conforman.
Creo que esto es lo que buscan desde la Galería de Arte Nacional con su Noche de los Museos. Pero no es suficiente. Hacen falta más conciertos al aire libre, demostraciones de arte y danza, así como espacios para la gastronomía.
Por otro lado, siempre me ha costado mucho entender por qué el Parque Los Caobos no atrae tantos visitantes como el Parque del Este. Desde su entrada, los enormes árboles del Parque Los Caobos, con sus extensas ramas, ofrecen una casi permanente sombra para aquel que los visita.
En los momentos de más calor, siempre se encuentra un ambiente fresco. Es un gran oasis, una mancha vegetal que rompe con el abundante concreto de la capital.
Si en las galerías cercanas encontramos los tesoros artísticos de nuestro país, en el parque realizamos un viaje exprés al pasado natural, aunque tampoco niega el arte. Apenas, al dar unos pocos pasos después de la entrada principal encontramos la Fuente Venezuela, del escultor Ernesto Maragall. Los visitantes se acercan a la fuente, se sientan, observan y también se mojan un poco.
Las áreas verdes y los museos son muy partes vitales de las ciudades. A pesar de tanto maltrato, Caracas sigue conservando este rincón de calma y contemplación.
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