El bolívar quedará como un símbolo patrio y la gente comprará con dólares

Luis Ángel Rincón

Para comerse un helado en Venezuela, debe hacerse una transferencia bancaria o, últimamente, recurrir al creciente uso del pago móvil a través del celular. Es increíble el siguiente ejemplo, pero cierto. Si usted pasa un día por la caraqueñísima Plaza El Venezolano, verá un aseado carrito de chicha con una larga cola de gente pagando su chicha a través de un punto de pago. Prueba de cómo las transacciones elementales cotidianas se convirtieron en operaciones complejas. 
A un año de la Reconversión monetaria, la crisis del efectivo se profundiza. Nadie tiene efectivo ni para comprar una chicha, ni para pagar el transporte diario. Algunos bancos dan a sus clientes entre 3.000 y 5.000 bolívares diarios. En el momento que escribimos esta reseña ya el pasaje urbano cuesta Bs. 5.000.  Y para obtener ese monto o menos, la persona debe pasar al menos una hora en la cola bancaria. 
Otros bancos dan a sus clientes un billete de Bs. 50.000 a la semana y otros lo dan diariamente. Pero una parte importante de la población no tiene fondos para ese monto y, por lo tanto, no pueden recibir efectivo. 
El nuevo cono monetario que meses atrás cumplió un año estaba compuesto por 3 monedas y por 11 billetes. Ya cuando lanzaron el cono, las monedas no servían para pagar nada. De los 11 billetes, en uso quedan 4 cuyas denominaciones son 500, 10.000, 20.000 y 50.000, los otros 7 cuyas denominaciones son 2, 5, 10, 20, 50, 100 y 200 ya están fuera de circulación por su ínfimo poder adquisitivo. Nadie los acepta en las transacciones.
Tampoco las tarjetas de crédito han traído alivio a esta situación de carencia de efectivo porque la mayoría no cubre los abultados montos de los productos. Además los cajeros no dispensan dinero. Más de la mitad de los 8.350 cajeros (ATM) registrados por la banca, están inactivos, por falta de efectivo. Lo que si ha servido para paliar esta crisis es el aumento descontrolado de los puntos de venta, aunque muchos de ellos están fuera del control de los bancos. En marzo de 2019, el BCV reporta la existencia de 464.514 puntos de venta.
Por otro lado, ante la oferta insuficiente de efectivo, el mismo dinero se ha convertido en un objeto de comercialización como los metales preciosos tipo oro o aluminio, que hoy puede alcanzar hasta 300% de su valor nominal. No se extrañe si ve a alguien comprando efectivo.  Comprar con efectivo es la única manera de atenuar la inflación, normalmente se consiguen descuentos de hasta 50%. Igualmente, en casi todos los mercados podrá encontrar una sección donde las transacciones se sostienen con el trueque.


En dos platos, no hay efectivo en Venezuela. El bolívar está muriendo como moneda nacional. 
El gobierno asegura que la falta de efectivo es consecuencia de la conspiración contra la moneda venezolana. Aseguran que Cúcuta es la gran aspiradora de los billetes venezolanos. Y, efectivamente, se muestra imágenes de puestos de ventas llenos de billetes venezolanos.  Pero olvida el gobierno que ese dinero llega allí de mano de los miles de venezolanos que hacen mercado en ese lado de la frontera.
Lo único firme y demostrable es que la hiperinflación indetenible es la que ha devorado todo el efectivo de la economía venezolana. Debe faltar poco para anunciar la muerte del bolívar. Ya el gobierno tiene planes en marcha donde su lugar será ocupado por el petro, que si bien tal vez no cristalice como criptomoneda; si el gobierno se lo propone podría obligar a su uso en las transacciones diarias de los venezolanos. 
La economía venezolana está cambiando, pero no será el petro lo que se imponga, sino el dólar. Basta dar una ronda por los mercados y abastos para ver su creciente presencia en el mercado. Un estudio de Ecoanalítica, refleja que el 54% de las transacciones se realicen en dólares.  Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, considera que en Venezuela predomina un proceso de dolarización “formal, integral, racional y eficiente”. Francisco Rodríguez, economista y director de Oil for Venezuela, propuso convertir todos los contratos laborales y cuentas bancarias a dólares. También el economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, expresó que la dolarización llegó a la economía venezolana en forma “irreversible”. “Hay una masificación de facto y desordenada en el uso del dólar en respuesta a la pérdida de valor, confianza y de liquidez del bolívar”.
Finalmente el economista Leonardo Buniak estima que el bolívar poco a poco irá desapareciendo de la economía venezolana para ser sustituido por el dólar cuya presencia en la actualidad es de 100%. Aclaró que el bolívar podría mantenerse en forma ficticia por ser símbolo patrio como ocurrió con las experiencias de Panamá, Honduras, El Salvador y Ecuador. “Poco a poco el bolívar va a quedar como símbolo patrio y será totalmente sustituido por el dólar". 


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